El Estado, conocido por sus restricciones contra la libertad religiosa, ha permitido el registro de más de 50 iglesias.
Uzbekistán, un país en la región de Asia Central con 33 millones de habitantes, hace tiempo que es conocido por sus restricciones en materia de libertad religiosa y otras libertades. Pero algo está cambiando, según observa Johannes Reimer, director de la Red de Paz y Reconciliación de la Alianza Evangélica Mundial (WEA, por sus siglas en inglés), que trabaja junto a los evangélicos del país.
No solo decenas de iglesias han sido legalizadas, sino que las autoridades también están reconociendo su implicación frente a retos sociales, como su capacidad de respuesta ante el último desastre natural. Reimer ha compartido acerca de las posibilidades de formación y la unidad que están experimentando las iglesias en el país, a pesar de su fragilidad económica.