Siempre esté agradecido por lo que ya ha logrado y esté feliz por todo lo que ha superado. La gratitud es la puerta a la prosperidad, tener fe no es garantía de prosperidad, sino el estar satisfecho con Dios y vivir felizmente en abundancia o necesidad.
La vida de aquellos que buscan la prosperidad antes que buscar a Dios es un camino sin fin, un laberinto sin esperanza. Debemos entender que nuestra incredulidad es lo único que impide que Dios nos satisfaga amplia y abundantemente con todas las cosas buenas.
¡La planificación, la organización y la motivación son factores esenciales para la prosperidad!… Qué nuestra oración este final de año pueda ser: Señor, prospera mi camino. No es que llegue a una posición alta, sino que mi vida sea una muestra del valor de conocerte.
Dejo para ti un Consejo: Si mantiene su enfoque en la meta y la fe en su corazón, nunca faltará la fuerza y te garantizará la victoria. No te olvides, un cristiano muestra lo que es por lo que hace con lo que tiene!
