Cuando miro hacia atrás en el inicio, los primeros años de ministerio… recuerdo innumerables pruebas, ensayos y horas de dolor aplastante. Pero a pesar de todo, el Señor ha mostrado fiel, amoroso, y totalmente fiel a todas sus promesas.
Las riquezas y las cosas que son necesarias en la vida no son malas en sí mismas. Y todos nos enfrentamos a preocupaciones y problemas en esta vida. El pecado viene en el tiempo y la energía que gastamos en la búsqueda de estas cosas, a costa de descuidar Cristo y nuestros deberes como cristianos.